jueves, 15 de febrero de 2007

Atención: Pregunta [23]

Con independencia de lo que finalmente suceda en los Premios de la Música Aragonesa, ¿será nominado el blog del Capitán Lillo para los Altoaragoneses del Año 2007?

Sinceramente, espero que sí. Y por eso desde el Salto de Roldán vocifero para que retumbe en los tímpanos de quienes tengan que tomar esa decisión dentro de unos meses.

Semáforos enamorados

Me lo comentaron ayer y hoy lo he podido comprobar: No sólo tenemos semáforos-Samba en Huesca sino que también podemos disfrutar de semáforos enamorados.

¿Qué será lo próximo?
¿"Ande" iremos a parar?

Ya lo dice El Capitán Lillo, al que por cierto le mandamos un saludo y le deseamos el éxito en la entrega de los Premios de la Música Aragonesa: "La calle es peligrosamente creativa"

Ps.: Las fotos están tomadas en el semáforo del Coso Bajo con la Plaza San Lorenzo.



lunes, 5 de febrero de 2007

Peor que los críos...

El otro día observaba cómo unos pequeños de poco más de un año sacaban lo mejor de sí mismos para trepar a una mesa de madera. Alcanzada la cima, se regodeaban en la llanura mientras disfrutaban de unas perspectivas para ellos desconocidas hasta ese momento. Aporreando con sus palmas exploraban el terreno llenos de gozo sin percibir la posibilidad de caída. Tampoco parecía preocuparles la manera de acometer, de manera digna, el descenso hasta el suelo. Simplemente disfrutaban como los enanetes que son.

Cuando su padre los devolvió a la planta baja de la habitación para evitar un aterrizaje de bruces, los pequeños llenaron sus pulmones a conciencia y los vaciaron en una tormenta de lágrimas. Mientras observaba la escena, el padre me señaló:

"¿Te das cuenta de que el mayor problema de su vida es que lo hemos bajado de la mesa?"

Aunque en ese momento no me di cuenta, la cosa tiene su miga. ¿Cuántas veces, sin darnos cuenta, los adultos nos comportamos igual que los niños? En ocasiones basta un agobio, un problema en el trabajo, una discusión con alguien querido o cualquier otra razón (no es complicado encontrarla) para hacernos sacar nuestra cara más larga mientras, y he aquí lo peor, cerramos los ojos a tantas y tantas cosas buenas que nos pasan o que simplemente tenemos y no valoramos adecuadamente. En eso, hay que decirlo, la comparación con los niños se queda corta: ellos endulzan su amargura con la misma velocidad que cargan sus pulmones de sollozos demostrándonos que, en más de una ocasión, nos comportamos peor que los críos.

domingo, 4 de febrero de 2007

Semáforo - Samba

Sin duda, el semáforo de peatones de la rotonda de la Biblioteca (Plaza Luis Buñuel de Huesca) tiene algo especial. No sólo desespera, cabrea e incita a la desobediencia peatonal sino que además hoy me ha descubierto una faceta desconocida: la samba semafórica.

Reconozco que ante la manifiesta pasividad de las autoridades municipales por mitigar el escarnio a los viandantes frente a los vehículos a motor, habitualmente paso en moto del semáforo de marras y cruzo cuando me da la gana (como, todo hay que decirlo, hacen los coches en ese punto). Sin embargo, hay veces que me fastidia pasar en rojo porque otras personas (niños, ancianos,...) pueden seguirme y ponerse en peligro por culpa de mi absoluto desprecio a esa pseudo-farola con luces verdes, rojas y pulsador-para-no-sé-muy-bien-qué. Por eso hoy he decidido esperar junto con otros peatones a que el semáforo se pusiera verde. Pasado un buen rato, el parpadeante ámbar del semáforo para vehículos se ha tornado primero fijo y luego colorado.

Lo que ha sucedido después ha sido simple y llanamente de traca. Cuando los allí presentes aguardábamos a que el señor de dentro del semáforo se pusiera verde, así... , de repente... ¡chas!, se ha puesto ámbar intermitente otra vez el semáforo para coches.

Los allí presentes hemos comentado la jugada, hemos cruzado y, ya que no lo hace por sí mismo, hemos puesto verde al semáforo y de paso a los responsables de que funcione así.

¿Tendrá que pasar una gorda para que lo dejen en condiciones?

¡¡Prioridad al peatón ya!!